El futuro de la Casa de la Moneda es de aluminio,
y de cobre, plata y oro como en el pasado. El aluminio es también el presente.
Acuñado en la última moneda diseñada por la Asociación Amigos de la Casa de la
Moneda, el ligero, barato y dúctil metal ha tomado forma para entrar en muchas
colecciones y en los bolsillos de casi tres centenares de personas que ayer
acudieron al Museo Provincial de Segovia. Allí, la asociación de amigos del
centro organizó una jornada para mostrar, en la teoría y en la práctica las
acuñaciones de la Ceca y, de paso, para fomentar las visitas al Museo
Provincial, que guarda muchas de las piezas troqueladas en Segovia.
La jornada fue un éxito de convocatoria. Para
evitar las aglomeraciones, como ocurrió el mes pasado en la Casa del Sello, la
Asociación Amigos de la Casa de la Moneda repartió por orden de llegada al museo
los 280 números que daban derecho a probar la prensa de martillo con los últimos
troqueles diseñados: el jinete ibérico y el nombre de 'Segovia' del 'as' romano
del año 30 antes de Cristo en el anverso, y en el reverso los cuatro monumentos
principales de la ciudad -Alcázar, Acueducto, Catedral y portada de la Ceca- en
un escudo de cuatro cuarteles con el nombre de la asociación y el año
2009.
Más de las 280 personas previstas acudieron a la
cita, de todas las edades y condiciones -madrileños, muchos segovianos y hasta
unos turistas polacos-, pero ninguna se quedará sin la moneda de aluminio. La
Asociación Amigos de la Casa de la Moneda entregará una pieza en su sede a todos
los que cogieron un número y no tuvieron la oportunidad de hacerla ayer, ya que
no hubo tiempo suficiente entre las 10 y las 14 horas (cuando cierra el Museo
Provincial) para atender a todos los que llegaron.
Quienes sí pudieron hacer su moneda tampoco
tuvieron que esperar en una larga cola; pudieron visitar el museo o acudir a la
conferencia que ofreció Glenn Murray en el salón de actos -'Las monedas acuñadas
en Segovia de 30 a.C. a 1869'- porque los organizadores utilizaron la megafonía
del centro para irles avisando cuando se acercaba su turno. Cuando llegaban al
cuño, varios voluntarios de la asociación les aconsejaban como manjar el
martillo para que la moneda tuviera todos los detalles grabados.
Atracción
La jornada fue una muestra de la capacidad de
atracción que tiene la acuñación personal de una pieza numismática que puede ser
un buen recuerdo de la visita. Y, por supuesto, de la viveza con que puede
llegar a funcionar el futuro museo de la Casa de la Moneda, en el que están
previstas no sólo exposiciones numismáticas siempre incompletas -como dijo Glenn
Murray, «será imposible reunir alguna vez todas las monedas acuñadas en
Segovia»- sino también talleres en vivo que podrán explicar de una forma
didáctica y práctica las técnicas mucho mejor que con la exhibición de piezas
que habría que mirar con lupa para ver los detalles. Es lo que hacen, por
ejemplo, en los talleres en vivo de la Real Fábrica de Cristales de La Granja,
todo un referente sobre cómo explicar lo que se expone y se pone a la venta en
un museo.
Esta finalidad tuvo también la conferencia de
Murray, en la que presentó muchas de las monedas 'segovianas' de palabra y con
la proyección de fotografías de gran formato que multiplican por diez su tamaño
donde los detalles saltan a la vista.
Los asistentes se fueron complacidos. Unos con su
moneda de aluminio; otros con ésta y con la imagen de las que vieron en la
sección de Numismática del Museo Provincial, y algunos con todo eso y con las
explicaciones que escucharon a Murray. Y hasta hubo algún afortunado segoviano
que tuvo la oportunidad de sorprenderse por el contenido del museo.