
Lunes, 03-11-08
A. TANARRO
Imagen exterior del edificio situado junto al río
Eresma
POR ISABEL JIMENO
SEGOVIA. Aún hay que hacer un importante ejercicio
de imaginación para hacerse una idea de cómo el agua volverá a mover los
ingenios para recordar cómo siglos atrás la fuerza del Eresma impulsaba las
máquinas de fabricación de moneda, pero las obras ejecutadas hasta el momento al
menos permiten observar que el edificio industrial más antiguo que se conserva
en Europa, mandado construir por Felipe II como particular fábrica de moneda, va
recuperando el aspecto con que fue concebido por el arquitecto Juan de Herrera
allá por el siglo XVI, a la vez que ejecutaba las obras de El Escorial. El paso
de los años, la fuerte humedad junto a la corriente fluvial, el cambio de uso
para funcionar durante un siglo como harinera y el abandono en 1974 han hecho
una mella importante en la Ceca segoviana que los trabajos de restauración
tratan de mitigar.
Y no es empresa fácil. Hace veinte meses que
comenzaron las obras y aún resta al menos un año para que concluyan los trabajos
de rehabilitación, que ya está ejecutada aproximadamente al 50%, aunque según el
arquitecto y redactor del proyecto, Eduardo de la Torre, la parte más complicada
ya está finalizada y lo que falta es más fácil y rápido, siempre dentro de la
complejidad que supone restaurar un edificio con cuatro siglos de historia a sus
espaldas en el que se pretende dejar visible parte de esa transformación y
evolución sufrida a lo largo del tiempo.
De ahí que los trabajos de restauración hayan
tenido que ir en parte de la mano de la excavación arqueológica. Las
modificaciones del proyecto inicial han sido constantes para ir incorporando los
restos encontrados relevantes para contar la historia de la Casa de la Moneda y
de la acuñación.
Aunque los principales problemas se han encontrado
en la estructura del que será el edificio cultural, cuyas obras son las más
retrasadas después de que tuviese que llevarse a cabo un proyecto de emergencia
para coser sus paredes y evitar su derrumbamiento. Un contratiempo que obligó al
Ministerio de la Vivienda a aprobar este verano una partida extra de algo más de
un millón de euros para estabilizar las fachadas y consolidar la cimentación del
inmueble destinado a uso cultural con un salón de actos en el que se conservarán
las dos bóvedas de la antigua fundición.
En el resto, los trabajos avanzan a un mejor ritmo
y tanto el espacio destinado a museo, residencia y oficinas administrativas -en
el Real Ingenio- como el de cafetería y restaurante -ubicados en el ingenio
chico donde se fabricaban las monedas de oro y plata y que será el «motor
económico» del proyecto con funcionamiento y entrada independiente- ya tienen
cubiertas de pizarra, las fachadas están acabadas y se está llevando a cabo la
dotación de instalaciones de calefacción, electricidad, ascensores, protección
contra incendios e incluso se están eligiendo los colores para los
paramentos.
Con las obras, ejecutadas por la UTE Volconsa y
Velasco, los edificios han recuperado el aspecto que tenían cuando Juan de
Herrera los concibió en el siglo XVI, lo que ha supuesto la eliminación de un
cuerpo añadido en el siglo XIX, permitiendo así disfrutar de la vista del
Alcázar, y otro añadido cuando entre 1878 y 1973 funcionó como fábrica de
harinas que tapaba la visión del monasterio del Parral. Precisamente el entorno,
junto a las aguas del Eresma, es otro de los atractivos añadidos de la Ceca, por
lo que se plantea la posibilidad de crear un recorrido exterior.
Gobierno central, Junta de Castilla y León y
Ayuntamiento de Segovia colaboran y financian las obras de restauración de la
Casa de la Moneda, con un presupuesto inicial de 6.089.868 euros, sufragados en
un 59% por el Ministerio de la Vivienda (4,2 millones), un 33% la Consejería de
Cultura (2,3 millones) y un 8% el Consistorio segoviano (581.371 euros), que ya
desembolsó cuatro millones de euros para la expropiación del
inmueble.