Negligencias
y nuestro dinero |
Tribuna
Glenn Murray (*)
Primero, una enhorabuena
a Pedro Arahuetes por haber iniciado la obra del colector que
por fin va a resolver los graves problemas de las inundaciones
en la Casa de la Moneda. Esta es una obra sumamente importante
y él, por fin, la ha puesto en marcha. Pero aquí acaban mis
alabanzas. Comenzar semejante obra durante la primera semana
de otoño y pretender que se termine a finales de diciembre,
como ha dicho públicamente, es de locos. Pero no había otro
remedio. La obra de rehabilitación en la Ceca viene sufriendo
graves retrasos por inundaciones desde el día que comenzó el
pasado mes de febrero, y estos retrasos son aún más costosos
que lo del colector. Había que romper el azud de San Marcos
inmediatamente para que bajara el nivel de agua en la obra de
la Ceca. Y todo esto tiene su raíz en una negligencia pura y
dura que, como casi todas, tiene nombre y apellido: los arriba
citados.
Y tengo que decir esto porque soy quizás una de las pocas
personas que conoce la verdad de todo esto. Pedro Arahuetes me
aseguró personalmente hace casi tres años ya, junto con el
entonces Concejal de Urbanismo, el Sr. Conde, de testigo, que
“no vamos a hacer nada respecto al colector”. Es cierto,
no pensaban hacer nada hasta que vieron que las inundaciones
en la obra de la Ceca daban, y dan, un motivo totalmente legítimo
y justificado para que la contrata pidiera un retraso en la
fecha de entrega de dicha obra, y por tanto, un aumento en el
presupuesto para ejecutarla. Y es que hay palabras más
fuertes que “negligencia” para definir este tipo de
dejadez de los poderes públicos, pero ya hemos visto cómo al
responsable le gusta amenazar con llevar a los ciudadanos a
los juzgados por emplear semejante vocabulario cuando intentan
defender su patrimonio histórico y su dinero.
Pedro Arahuetes conocía perfectamente la gravedad del
problema del colector antes de comenzar su primera
legislatura, y no hizo nada. De hecho, descartó un proyecto
que se redactó con dinero público sólo “porque era de
Izquierda Unida”, (su entonces socio de gobierno). A
comienzos de este verano pretendía ejecutar otro proyecto tan
chapucero que se vio forzado a encargar la redacción de un
tercer proyecto a toda prisa: el que se está ejecutando
ahora, y que promete zanjar las inundaciones de manera
correcta. Hubo incluso otras alternativas mejores, pero él
nunca ha querido escuchar.
En fin, que sepan todos los segovianos que la contrata estará
absolutamente justificada cuando pida un aplazamiento de la
fecha de entrega de la obra del colector, y por tanto, cuando
necesita más dinero para terminarlo debidamente.
¿Y por qué estoy diciendo esto ahora si ya está en marcha
la obra del colector? Pues porque estamos sufriendo otro
retraso similar y por negligencia de la misma persona y con la
complicidad (inacción) de otros de su actual equipo -la
redacción del Proyecto Museístico, paralizado desde julio
del 2006- que sólo retrasará la rentabilización final de
todo este dinero público que se está gastando en la Casa de
la Moneda. La inversión que están haciendo el Ministerio de
la Vivienda, la Junta de Castilla y León y el propio
Ayuntamiento no tiene sentido si no se abre el monumento al
sector turístico y a la investigación, y para que los
segovianos puedan trabajar allí. Hablando se entiende la
gente y se resuelven las cosas, aunque, por necesidad, sea
desde los medios de comunicación. Ya es hora de reunir el
Patronato de la Fundación Real Ingenio para que éste
encargue inmediatamente, de una u otra manera el Proyecto Museístico.
La redacción de dicho proyecto es el primer paso que hemos de
dar para poder buscar el dinero necesario para crear y equipar
el museo.
(*) Dr. en Historia con especialidad en la Casa de la Moneda
de Segovia.
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