Por un lado el Ministerio reitera insistentemente su
compromiso con lo convenido e incluso ha adjudicado las obras. Achaca la
dilación a un documento que, al parecer, tiene que recibir de la Junta
asumiendo su compromiso contable. Pero, a su vez, la consejera de Cultura de
la Junta alega informalidad en cuanto a los compromisos de la ministra y en
un rasgo de generosidad afina que dispone ya de una partida de 900.000
euros, que es una cifra importante.
Así las cosas, parece deducirse que lo que sobra es dinero para ejecutar
las obras pero, en el fondo, la cosa y la casa siguen sin arreglarse. No hay
quien lo entienda.
Uno, desde la atalaya de mero observador de la situación, lo único que ve
son dos cosas: una, el cruce de descalificaciones entre las dos significadas
representantes de las Administraciones (Clemente y Trujillo) echándose en
cara la culpa del retraso. Dos, que una por otra, la Ceca lleva diez meses
en un compás de espera lamentable, fruto de los despropósitos de la
burocracia. Es más me preocupa -como un ciudadano de a pie- la proximidad
del invierno y lo descorazonador que sería que el viejo inmueble tuviera
que soportar otro período de agresividad climatológica que muy
posiblemente sería definitivamente concluyente en su estado no ya de ruin
sino de total desaparición. ¿Es eso a lo que se está esperando con tanta
dilación?
No parece serio el propósito contenido en el convenio del 2005 cuando se lo
saltan así, a la torera. Parece que hay que ser más respetuosos con el
cumplimento de lo suscrito en un acuerdo de tal naturaleza. Piensese que éste
no fue logrado sino después de muchos años de contradicciones, reparos,
desamores, torpezas, malos rollos, despreocupación y falta de sensibilidad
por la recuperación de algo ciertamente importante para Segovia. Las
posturas, en consecuencia, deben reconciliarse urgentísimamente y sea cual
sea la Administración las obras se inicien sin más dilación. Otra cosa
sería marear la perdiz y demostrar un lamentable desentendimiento y una
falta de sensibilidad tremenda para la cultura industrial de esta tierra.
Piensen ustedes en el mal ejemplo que están dando y en la falta de rigor
que supone andar así a estas alturas. Parece como si fuera ejercicio de política
con minúsculas.