CASA de la Moneda, TAV, travesías, Hay y CAT. De esto
hablaron Arahuetes y Zapatero 30 minutos en la pasada convención del PSOE.
Como si fueran los cinco ases de cara al póker de las elecciones. Hubo foto
y nota de prensa.
En primer lugar se citaba como logro el inicio de las obras de rehabilitación
de la Casa de la Moneda. Y lo es. Por unas cosas o por otras, la Casa de la
Moneda ha visto desfilar tres alcaldes sin que movieran una paletada de
grava. El honor de desatascar la situación corresponde a Arahuetes, de modo
que obviaremos la patética actuación del Ministerio de la Vivienda en el
tema. Un año y medio para tramitar un pliego. A veces pienso que la
ministra Trujillo ha puesto a Mr. Bean a trabajar en el tema.
Lo segundo es el TAV. La futura estación. Proyecto considerado inviable por
16 años de gobiernos de Felipe González, y de pronto, viabilizado por un
ministro, Alvarez Cascos (hoy en el paro), al que de premio, otro alcalde
segoviano declararía persona non-grata. Pero no estoy de acuerdo en el
triunfal diagnóstico de Zapatero-Arahuetes. Me parece del peor gusto
arrastrar al país a una inversión archimillonaria y ser incapaces de, ni
siquiera, programar en tiempo y forma los enlaces viarios a la nueva estación.
Es surrealista. Dos mil millones invertidos, y por pura incompetencia, los
viajeros aparecerán en un barrizal a saber durante cuántos años con un
enrevesado enlace a la rotonda de un polígono industrial. Se va a tardar más
de Juarrillos al centro que de Madrid a Segovia. Impresentable. (Será que
Mr. Bean también trabaja en Fomento por las tardes).
Tercer gran logro de ZP en Segovia, la cesión de travesías. Una cesión en
unas condiciones que ningún alcalde anterior aceptó, y ahora sabemos porqué,
casi dos años con la ciudad hecha un bollo para reponer medianas y tuberías.
Sin comentarios. (Está claro, Mr. Bean trabaja en Fomento por las tardes)
Cuarto hit. El Hay Festival. El otro día leí un reportaje sobre las
actividades del Hay en el dominical de un medio nacional. Salía Urueña (Pucela),
de Segovia ni palabra.
Y último hit: El CAT. Pero el CAT no existe. Es como el traje invisible del
emperador, que precisa que algún crío grite que está viéndole el culo al
pavo para aquilatar su verdadera inexistencia. En tres años, y previo pago
de dos consultoras, se ha conseguido el logotipo y la promesa de invertir
cuatro millones para el redactado de los proyectos. Qué proyectos, cómo se
financian, quién lo mantiene, cómo, qué contenido. Eso, ¿Ahh!, Dios
proveerá. De momento, y que se sepa, no hay ni terrenos. Pero eso no es lo
peor, lo peor es que no consigo que nadie me explique de qué va esto del
CAT, entidad transfísica en la que el contribuyente se gastará cuatro
millones en papeles. A lo sumo, alguien me cuenta algo de una oficina de
arquitectos, pero no me hagas mucho caso, termina diciendo. Lo del CAT es
como el teorema de incompletud de Godel, se habla y se habla pero ponte tú
a demostrarlo.
Y Segovia 2016. Bien, que ojalá caiga. Pero antes de esa fecha, a los
diputados del PSOE cabría pedirle algún proyecto propio, innovador y
concreto. Por ejemplo el cierre de la circunvalación de Segovia. Aunque,
visto lo visto, yo me conformo con la peana de una estatua, un nuevo letrero
en la entrada de la capital, una perrera en condiciones, canchas para tanga
y calva... Algo. Hay que empezar por lo fácil. Por ejemplo, que Oscar López
se traiga de Madrid un Mingitorio del Estado. Es un paso modesto, sí, pero
por algo se empieza. Pobre alcalde, si así le tratan los suyos, ¿cómo será
en la Junta!