NUESTRA OPINIÓN
Se nos ha ido el primer
mes del año 2007 y lamentablemente lo ha hecho sin que las máquinas hayan
aparecido por la Casa de la Moneda, el edificio de ingeniería industrial más
antiguo de cuantos se conservan en el planeta. El pasado diciembre las obras
se adjudicaron a la UTE formada por Volconsa y Velasco, y entonces el alcalde,
Pedro Arahuetes, tras reunirse con la ministra de Vivienda, María Antonia
Trujillo, mostraba su confianza, aunque con cautelas, en que los trabajos
pudieran iniciarse en enero. Todo ello tras un intenso culebrón que se
prolonga desde la firma en septiembre de 2005 del convenio para rehabilitar el
inmueble construido por Juan Herrera que suscribieron Ministerio, Junta y
Ayuntamiento. Desde entonces estamos esperando a que las obras, que son
responsabilidad del Estado, comiencen, y después de creer durante muchos
meses que los trabajos estaban ya adjudicados cuando realmente no lo
estuvieron hasta hace dos meses. Las cosas en la Administración van despacio,
más aún cuando se trata de este Ministerio de la Vivienda, por lo que la
adjudicataria está esperando a los últimos trámites administrativos para
poder iniciar los trabajos. Confiemos en que empiecen cuando antes; al menos
nos queda la tranquilidad de que las labores serán responsabilidad, junto a
Velasco, de una empresa como Volconsa que ha dejado constancia de su buen
hacer en esta provincia.
CARLOS ÁLVARO
NO hay época peor que la que antecede a las municipales.
Debía de ser al contrario, es decir, un buen momento para la reflexión y
la confrontación serena de opiniones en beneficio de las ideas y de las
grandes acciones, pero en España preferimos la imagen a las palabras, el
mensaje corto y sesgado al razonamiento meditado, el ruido a la conversación
ponderada. Los asesores de imagen, jefes de gabinete, hombres de confianza y
demás familia han tenido mucha culpa de ello porque han confundido la
democracia con unos grandes almacenes. Un político lo que quiere es que le
saquen bien en la foto, aunque luego en el texto salga mal parado, porque
entiende que son más los electores que ven la imagen que los que pierden el
tiempo en leer unas líneas.
Como seguimos en la España de Goya, PSOE y PP andan agrediéndose
mutuamente en esta carrera por el voto tan ridícula. La consejera
Clemente no sabe cómo hacer para paralizar las obras de la Casa de la
Moneda que los socialistas han puesto en marcha. Clemente se ha descolgado
diciendo que no son legales después de haberse puesto en la foto de la
primera piedra junto al Ayuntamiento y el Gobierno. Tiene narices. Pero
en el Ayuntamiento no se quedan cortos. Ahora que se reconoce la buena gestión
cultural de los populares en el teatro Juan Bravo, va la concejala Sanjosé
y saca la policía a la calle para que cargue contra las pantallas que
Rafael Amargo había autorizado a poner en la plaza. Nunca han sido tan
escrupulosos los partidos para exigir cumplir la ley, pero yo creo que se
trata de arrebatos de intransigencia que el sufrido elector no debiera pasar
por alto. Lo dijo Romanones: ¿Joder, qué tropa!