PATRIMONIO La Casa de la Moneda desvela los misterios de su construcción |
/GUILLERMO HERRERO
Las excavaciones arqueológicas han
permitido descubrir un complejo sistema para evacuar el agua usada por las
ruedas así como los apoyos de la maquinaria hidraúlica
Guillermo Herrero - Segovia
Ocho meses de trabajo han permitido a los arqueólogos de la empresa Groma
desvelar numerosos secretos que guardaba el Real Ingenio de la Moneda de
Segovia, una fábrica que inició su producción regular en 1586 y cerró sus
puertas en 1868.
Las huellas de esos tres siglos de historia y las de la posterior fábrica de
harinas que funcionó durante cerca de una centuria han quedado plasmadas en
el inmueble, y ahora están siendo interpretadas por un equipo de expertos que
no deja de sorprenderse cuando descifra alguna de las diferentes soluciones
planteadas para intentar resolver uno de los problemas endémicos del
edificio, el de la humedad. “Necesitaban la fuerza del agua para mover las
ruedas, pero luego se tenían que librar de ella”, señala Amparo Martín
antes de pasar a explicar el complejo sistema de alcantarillado descubierto,
que evacuaba al río Eresma.
Aunque las excavaciones no han proporcionado una importante colección de
monedas (“aparece alguna, no muchas, porque las defectuosas se volvían a
fundir”, dice Martín), si que se han hallado los apoyos, tanto en el suelo
como en los muros, de la maquinaria que albergó la Casa de la Moneda.
“El trabajo realizado —indica la arqueóloga Sonia Fernández—nos está
permiiendo reconstruir la historia del edificio y la evolución que hubo en la
fabricación de monedas”. A su juicio, los datos obtenidos permitirán una
rehabilitación “bastante fidedigna” de la Casa de la Moneda tal y como
fue concebida por el arquitecto Juan de Herrera. Aunque los trabajos arqueológicos
suelen corroborar las fuentes escritas, en algunas ocasiones no es así, como
ocurre con el plano de Francisco de Verea, de 1861, “que es un proyecto que
no se ejecutó en su totalidad”, advierte Martín.
A falta de poco menos de año y medio para la conclusión de las obras, según
una estimación de la UTE Volconsa - Velasco, la Casa de la Moneda va variando
día a día su fisonomía, como consecuencia de la labor de cerca de treinta
operarios que, entre otras intervenciones, han desmontado en su integridad la
harinera que existió sobre el llamado “Edificio de Máquinas”,
devolviendo a la construcción más emblemática del complejo su aire
primigenio, o la restitución, la pasada semana, de la barandilla de piedra
que delimitaba el patio bajo del alto.
En cuanto a las excavaciones arqueológicas, Groma se ha centrado hasta la
fecha en tres de los principales edificios, los denominados “Ingenio
Chico”, “Recocho” y “Edificio de Máquinas”.
Tres siglos acuñando moneda y otra
centuria en la que la instalación funcionó como harinera
• Inicio Tras varias opciones para ubicar una Casa de la Moneda (Lisboa,
Madrid o Toledo), finalmente se eligió como emplazamiento un molino situado
sobre el río Eresma. Una vez realizada la compra del mismo, en septiembre de
1583, el rey Felipe II planificó una visita al lugar para reunirse allí con
el prestigioso arquitecto Juan de Herrera. La obra comenzó el 7 de noviembre
de ese año. El 1 de junio de 1585 llegó la maquinaria, y en cuatro semanas
ya se había acuñado la primera prueba.
• Evolución. El Real Ingenio de Segovia se convirtió en la fábrica de
moneda más avanzada de España. En el complejo, cada etapa de la cadena de
producción contaba con un espacio definido, dotado de la maquinaria
especializada adecuada. Como en las actuales factorías, la Casa de la Moneda
producía millones de piezas idénticas. A lo largo de su historia, sufrió
dos reconversiones. La primera fue dirigida en 1771 por Francisco Sabatini, y
tuvo por objetivo acuñar a volante. La segunda reconversión tecnológica
ocurrió en 1866, con el fin de fabricar moneda de bronce.
• Final. En 1868, la Casa de la Moneda de Segovia fue cerrada, al igual que
la de Sevilla. Ambas estaban ya sentenciadas desde que en 1861 se inaugurara
en Madrid otra Casa de la Moneda, con maquinaria movida por vapor. En 1869 se
desmontó toda la maquinaria de la ceca de Segovia, llevando lo útil a la
nueva fábrica de Madrid y vendiendo lo restante como chatarra. Luego, el
inmueble se subastó, pasando a convertirse a fábrica de harinas.
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PATRIMONIO Seguimiento exhaustivo |
Vista aérea en la que se aprecian los apoyos de la maquinaria descubiertos
por los arqueólogos./ EL ADELANTADO
Los arqueólogos controlan cualquier
remoción de tierra en la ceca
G.Herrero - Segovia
El “Ingenio Chico”, situado junto al puente que cruza el Eresma, fue
construido en 1592 para labrar monedas de plata y oro, y contaba con al menos
cuatro ruedas hidráulicas. La intervención allí realizada recuperó un
pavimento de granito datado a finales del siglo XVIII, cuando Francisco
Sabatini hizo una reconversión de la fábrica para que pudiera acuñar a
volante. Además, esta actuación documentó “profundas alteraciones” del
interior del edificio a partir del cierre de la ceca. Por el contrario, los
arqueólogos no han descubierto en esta zona restos del edificio que existía
antes de la Casa de la Moneda, un molino de harinas que Felipe II mandó
comprar para instalar allí la ceca.
Por lo que respecta al edificio “Recocho”, contiguo a “Ingenio Chico”,
los arqueólogos han encontrado vestigios que evidencian sus sucesivas
modificaciones, especialmente cambios en las alineaciones de las fachadas y
superposición de pavimentos.
Además, en el “Edificio de Máquinas”, en el que se
sitúan los elementos más antiguos del Real Ingenio de la Moneda, los
resultados más notables se han alcanzado en la nave oriental, la primera
construida —según diseño de Juan de Herrera—, en la que se han hallado
varios pavimentos de los siglos XVI, XVIII y XIX, una escalera y testimonios
de diferentes sistemas de acuñación, entre los que habría que citar los
apoyos de las prensas automáticas instaladas en la ceca en 1868.
En la actualidad, los arqueólogos están trabajando en el edificio de
Caballerizas, donde han localizado restos de la casa de la cofradía de la
iglesia de Santiago, situada en las inmediaciones de la ceca. Precisamente en
el solar que ocupó ese templo se pretende intervenir en las próximas
semanas, al igual que en el jardín romántico de la ceca, donde se llevará a
cabo un estudio multidisciplinar (arqueológico y paleobotánico) para conocer
las diferentes especies que poblaron ese espacio. Además, Groma continuará
realizando un seguimiento exhaustivo de todas las remociones de tierra.
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